Matese, de la Universidad de Louisiana, acaba de publicar un estudio
en el que apunta la inquietante posibilidad de que en las fronteras de
este Sistema Solar exista un planeta gigante desconocido, con una masa
entre una y cuatro veces la de Júpiter.
De acuerdo a la página abc.es, el enorme compañero del Sol se
encontraría en las zonas exteriores de la nube de Oort, a cerca de un
año luz de distancia de nosotros, la extensa región esférica de
escombros que rodea el Sistema Solar y de la que proceden la mayor parte
de los cometas conocidos.
Fue precisamente realizando un análisis dinámico y estadístico de esa
remota región cuando los investigadores se encontraron con una serie de
anomalías que podrían explicarse con la presencia de un gran cuerpo
planetario, con una masa que podría llegar a multiplicar por cuatro la
de Júpiter, el gigante del sistema solar.
Para darse una idea de las dimensiones de este cuerpo aún no
observado, basta decir que Júpiter tiene una masa 318 veces superior a
la de la Tierra, y dos veces y media superior a la suma de todos los
planetas del Sistema Solar.
La posibilidad de la existencia de un cuerpo similar en nuestro
vecindario inmediato ya fue apuntada por este mismo científico en 1999.
Sin embargo, tal y como expone en su estudio, desde entonces la base
de datos de cometas conocidos se ha duplicado, lo que permite realizar
análisis mucho más precisos.
Según los cálculos de Matese, las anomalías detectadas en la
distribución de la población de cometas en la zona externa de la Nube de
Oort sugiere que por lo menos un 20% de ellos está sufriendo los
efectos del tirón gravitatorio de un cuerpo enorme.
Para evitar cualquier tipo de confusión, Matese especifica que no se
está refiriendo en absoluto a la hipótesis de Némesis, propuesta en 1984
y según la que existiría una pequeña y oscura estrella (quizá una enana
marrón) acompañando al Sol, sino a un mundo desconocido hasta ahora y
que nada tiene que ver con las hipótesis catastrofistas alrededor de esa
hipotética compañera.
"Un objeto así -escribe Matese- sería incapaz de crear tormentas de
cometas.
Para ayudar a mitigar la confusión popular con el modelo de Némesis,
usaremos el nombre sugerido recientemente por Kirkpatrick y Wright
(2010), Tycho (en mitología, la hermana buena de Némesis), para
referirnos a este nuevo e hipotético compañero.
En su artículo, Matese asegura que, usando el recientemente lanzado
(2009) satélite WISE (Wide-field Infrared Survey Explorer), sería
relativamente fácil detectar el nuevo planeta y despejar así las dudas
que sobre su existencia aún tiene la comunidad científica.